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miércoles, 16 de julio de 2008

La afectación de las obras y sus beneficios

En una ocasión escuché a la ex Secretaria de Medio Ambiente del Distrito Federal, de la pasada administración, referirse a que (recordemos que ella llevaba las obras más importantes) los segundos pisos ayudarían a ahorrar un millón de horas hombre. Nunca supe en qué lapso, pero mi cálculo ligero me daba un costo de dos millones de horas hombre durante la obra.
Cuando hacemos una obra, suponemos no sólo que a su término estaremos mejor, sino que en términos generales, el afectado por la obra y el usuario de ésta ya terminada, son los mismos y tienen una ganancia considerable. Es decir, su una obra me afecta con media hora de retrasos durante 250 días que dure, entonces yo habré "pagado" un costo de 125 horas. Los ahorros que tenga, ya con la infraestructura inagurada, no pueden ser menores a las 125 horas que el habitante promedio pierda en el proceso. En algunos casos, me parece que esto no se logra y no se logrará jamás.
No puedo asegurar que los impactos de las obras del segundo piso se hayan o no se hayan podido pagar con sus beneficios. Mi afectación individual no es representativa, pero por esa época el Periférico era mi única opción, así que cada vez que entraba al Periférico perdía una hora por las obras en las mañanas, y un poco menos por las tardes, para totalizar en algo así como 8 horas a la semana por más de 100 semanas ... ¿Me han ahorrado los segundos pisos 800 horas? Sí me han generado ahorros, pero todavía no tan grandes, y no siempre pues con el tráfico inducido también se ha incrementado el tráfico.
Creo que pese a todo los segundos pisos podrían tener un beneficio personal ligeramente positivo al cabo de muchos años, pero esto está condicionado a que el tráfico inducido no termine siendo mucho peor en poco tiempo. Si como algunos llegaron a sugerir, que los beneficios del segundo piso se revertían en 5 años, difícilmente 5 años de segundos pisos me pagarán el tiempo perdido.
Claro, ese tiempo perdido ya lo gasté y ahora sólo están los beneficios. ¿Pero qué pasa cuando un puente sólo pospone el conflicto vial uno o dos kilómetros? En realidad el ahorro en ese caso no existe. Este ejemplo lo veremos en los puentes del Circuito Interior, por ejemplo con el que cruzará la Calzada México - Coyoacán, pues hacia el poniente en concreto, los vehículos seguirán desembocando al cruce con Moras, que pese a las modificaciones geométricas, sigue estando saturado.
La solución, desde mi punto de vista, es una estrategia integral. No podemos invertir en puentes cuando bajando de éstos nos encontremos con un semáforo o un cuello de botella. Hay que solucionar no un crucero, sino un sistema.

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