El bloguero de la megablógolis

se quiere desblogueromegablogolizar,
el que lo desblogueromegablogolizare
será un desblogueromegablogolizador


martes, 10 de febrero de 2009

Precaución, temporada de trampolines y trapecios

Ya comienzan las renuncias de algunos delegados para competir por cargos de elección popular. Algunos diputados también lo harán. ¿En qué beneficia esto a la ciudadanía? En teoría sólo la experiencia es un beneficio, pero en la práctica sólo demerita la figura. No veo tan mal que alguien con un cargo legislativo -por tratarse de un órgano colegiado- renuncie para buscar otro puesto. Me preocupan más los cargos ejecutivos (jefes delegacionales, jefe de gobierno, alcaldes, gobernadores) porque allí el trabajo puede quedar trunco, como de hecho suele quedar.
Me parecería mejor que ni siquiera fuera obligatorio renunciar, dado que cuando se han intentado prohibir los trapecios y los trampolines, algunos recursos legales han concluido con que no se le pueden retirar las libertades individuales a quienes están al frente de un cargo público. Si no se puede prohibir que un Jefe Delegacional renuncie para ocupar un cargo de elección popular, entonces que se le permita competir sin renunciar, pero que quede muy acotado para que no utilice recursos públicos y en teoría el cargo (aunque como ya he dicho en este blog, también el cargo puede actuar en contra ... pero ciertamente delegados tan malos como Heberto Castillo optan por no lanzarse precisamente porque saben que son una muy mala referencia).

No hay comentarios: