El bloguero de la megablógolis

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viernes, 6 de marzo de 2009

El estrés extremo

He venido comentando sobre la acumulación de obras y si esto es necesario. He dicho que sí, pero que se podría organizar de una mejor manera. Sin embargo, en el ínterin ha ocurrido una tragedia. Una persona acudió a donde se realizaban las eternas obras del circuito interior y balaceó a tres trabajadores, de los cuales uno murió. Esta tragedia es culpa, desde luego, del asesino y no es una causa directa de las obras.
Sin embargo, recordemos otros dos hechos terribles: hace unos días unos tipos acudieron a un departamento donde había decenas de animales y los mataron con machete. Sobrevivieron muy pocos animales. El hecho causó mucha molestia en la sociedad, pero el dueño de los animales también había causado mucho daño a sus vecinos. Hace unos años una persona atropelló a varios niños porque estaba cansado de que durante los honores a la bandera, los estudiantes salieran a la angosta calle a realizar esta actividad.
En las tres tragedias vemos la actuación extrema de seres que no merecen perdón. Sin embargo, en las tres vemos una coincidencia: la falta de sensibilidad de unos, lleva la histeria de quienes están mal hasta un punto extremo. Esto no es una buena señal de nuestra sociedad y sin duda tendríamos que trabajar hacia la corrección de este tipo de problemas.
- Que la afición de una persona por los animales no afecte a los vecinos.
- Que las necesarísimas obras vayan acompañadas de mayor información y certidumbre en los desvíos.
- Que pensemos en los demás antes de bloquear una calle.
Y en esencia esto nos lleva a que como ciudadanos o como gobierno, debemos siempre pensar en los demás y no sólo ver nuestra misión como la única posible.

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