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lunes, 18 de mayo de 2009

Presupuesto participativo

Algo que se ha puesto en boga en los últimos años en la Ciudad de México es impulsar los presupuestos participativos, comenzó en un par de delegaciones (me dicen mis amigos que en Miguel Hidalgo y Tlalpan), pero en un caso se llegó a un ejercicio muy práctico y en el otro terminó habiendo subejercicio por la falta de capacidad para lograr consensos.
Debo reconocer que el tema del presupuesto participativo me hace ruido. No estoy del todo en contra pero tampoco creo que ése deba ser el ejercicio idóneo del presupuesto. La gente quiere algo tangible, pero el tema del presupuesto participativo supone también que el gobierno carece de capacidad para dotar lo elemental: cuando la gente tiene que discutir entre luminarias, banquetas, vigilancia o macetones yo me pregunto ¿Qué no pueden tener todo? Y la realidad es que no.
A mí me parece que los gobiernos urbanos deben dar mantenimiento a calles y avenidas, dar seguridad, iluminación, transporte, señalizar, cuidar las áreas verdes, desarrollar proyectos que generen empleos, etc. ¿por qué la elección es entre carencias?
Cuando me hablan de presupuesto participativo me hablan de gobierno chiquito, de gobiernos poco ambiciosos y, por supuesto, de ciudadanos poco ambiciosos. Pero la realidad es que creemos que pagamos mucho de impuestos pero si hiciéramos cuentas cuánto deberían ganar los policías, los empleados públicos (no los jefes, sino los empleados comunes), los maestros, los doctores, enfermeras, y todos los empleados de la ciudad, tendríamos que crecer el presupuesto al menos un 10%, y si tomáramos en cuenta todos los gastos necesarios para que las calles estuvieran bien, el agua llegara a todos lados con calidad potable, las luminarias fueran suficientes, hubiera parques y plazas por todos lados, etc., quiero decir que en toda la ciudad tuviéramos la misma calidad urbana -pues en muchas colonias del poniente tenemos esto de una manera muy aceptable-, el gobierno tendría que recaudar al menos un 50% más, si no el doble.
Si bien hablar de presupuesto participativo es un tema sensible para todos los habitantes, hay que dejar en claro tanto las limitantes del presupuesto como las necesidades de la ciudad, para aspirar al menos en el futuro a que jalar la cobija no signifique descobijar los pies.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

!Qué bueno que tu urbana página dedicara espacio al poeta!
En otro tema, para analizar la "idea" de presupuesto participativo habría que analizar lo qué ha sucedido en Brasil a raíz del gobierno de Lula, que redireccionó esa forma de participación ciudadana para influir en la determinación de los recursos públicos. Si bien,en México no tenemos una izquierda uqe haya avanzado hasta esas formas de política pública, otras instancias han querido utilizarla, pero con formas y objetivos no muy bien definidos. Los presupuestos paticipativos, si así queremos llamarle no tendrían que ver con aspectos básicos de gobierno (drenaje, limpieza, etcétera). Creo que bsucan que la misma comunidad se comprometa y atienda sus prioridades (inversión en parques,jardines...)


JAMS

Anónimo dijo...

Fe de "eratas"

Donde dice "...página dedicara...", debe decir "..dedicó..."

JAMS.

Roberto Remes Tello de Meneses dijo...

Incluso, respecto a lo que dice JAMS, he venido pensando el algo que tiene que ver con figuras tan arraigadas a la sociedad mexicana como la "tanda" ... en la medida en que la gente confía en otros para una tanda (en donde en términos de "Valor Presente Neto" hay una pérdida) y así forzarse al ahorro, tendríamos que buscar figuras de ejercicio del poder público basadas en esquemas similares de confianza en los que el ciudadano reconozca la necesidad de forzarse a mejorar (el compromiso al que te refieres) y se apoye en la confianza que existe en torno a su primer círculo (vecinos, familia o trabajo).