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lunes, 3 de agosto de 2009

Una mejor ciudad, un mejor transporte

Me gusta comentar los temas con la mayor de las objetividades. Y en ese sentido me hago la pregunta de si la Ciudad de México será mejor el 4 de diciembre de 2012 que el 5 de diciembre de 2006, y respondo de manera afirmativa. No es el mismo caso del 4 de diciembre de 2006 respecto al 5 de diciembre de 2000.
Uno de los argumentos para afirmar lo que he afirmado en el párrafo anterior es la perspectiva en el cambio del transporte. No es la única, me refiero también a la habitabilidad de la ciudad. No sé si sea más segura, pero hay espacios conquistados por los ciudadanos comunes y corrientes.
El corredor "Cero Emisiones" al que algunos nos referimos como "Cero Inversiones" no es un mal proyecto tal como fue implementado, pero era mucho más ambicioso y quedó sólo en un muy buen corredor pero no en una conquista de espacios por el transporte público frente al privado. Las nuevas rutas expreso, el crecimiento del parque vehicular de RTP y la consecuente consolidación de sus rutas (tienen frecuencias de paso bastante aceptables), más la construcción de la línea 12 del metro, por primera vez la ciudad apunta a tener una red integrada de autobuses. Falta mucho, porque seguimos viendo combis y microbuses en muy malas condiciones por todos lados, pero me parece que si queremos un transporte más o menos decente, tenemos opciones equivalentes a países desarrollados a precios relativamente bajos (la mayoría de los habitantes de esta ciudad puede viajar en autobús a una estación del metro y de allí llegar a muchos lugares y luego salir y tomar otro transporte). La limitante está en que teniendo esas alternativas, no todos las usan, pero existen y si bien es cierto que es necesario sufrir apretujones, esto ocurre en casi cualquier ciudad desarrollada con un buen sistema de transporte. Claro, se podrían tener mejores opciones de trenes, pero el cambio que está ocurriendo con algunos corredores, aún cuando era muy factible construir 10 líneas del Metrobús y ello no está ocurriendo, hoy Eje Central y Reforma ya cuentan con mejores opciones, así como el Circuito Bicentenario. A esto hay que sumar al menos una ruta de Suburbano, impulsado por el Gobierno Federal, y pudieran ser dos o quizá las tres previstas antes de la crisis. Faltan aún tres años y medio de gobierno y podemos suponer que habrá otros proyectos. No hay que olvidar la renovación de los taxis también y el emplacamiento de muchos irregulares.
Este tema me entusiasma. Evidentemente, y sin menospreciar el trabajo de Armando Quintero, que no ha sido malo, yo me habría enfocado mucho más en el impulso de corredores de mayor capacidad (es decir, las 10 rutas de Metrobús), pero esto no se contrapone, al contrario, es casi lo que planteé en 1997 (Andar en el siglo XXI se llamaba el libro) de fomentar unos 15 corredores semiconfinados que sean la punta de lanza para mejorar el transporte de la ciudad (en aquel entonces mi planteamiento era algo más sencillo que el Metrobús, simplemente tener una base de avenidas en las que la normatividad fuera muy estricta, los autobuses de mejor calidad, y que los automóviles no invadieran los carriles del autobús). El Eje Central es el primero de estos proyectos, pero Reforma terminará funcionando con un confinamiento parcial y quizá pronto se copie el esquema, ante las dificultades para construir Metrobús, en otras avenidas.
Está muy mal que los microbuses de Eje Central se muevan al Eje 1 Poniente, como de hecho ocurrirá, pues en realidad las Cero Emisiones son un engaño: se seguirán emitiendo los mismos contaminantes, pero ahora 1 kilómetro hacia el poniente.
De la mano de estos proyectos de transporte, se ha fomentado la convivencia peatonal y las bicicletas, particularmente los domingos, pero esto está sacando a la gente hacia los lugares públicos. Falta mucho por hacer para consolidar esta tendencia, pero creo que eso me parece sano.
Los recursos de la ciudad alcanzarían para más. Es reprobable el reciente nombramiento de Fernando Aboitiz como Secretario de Obras, siendo tan evidente su corrupción: en Miguel Hidalgo quitó los sellos de clausura a todo lo que su predecesor había castigado por violar la ley, sentencias que estaban ganadas en los tribunales fueron perdidas por cambios en la estrategia jurídica o simplemente por el retiro de la demanda, obtuvo dinero por donde pudo y precisamente por las pruebas que fue dejando terminaron haciéndole manita de puerco para renunciar al PAN ¡y qué bueno que lo hizo! pero es evidente que ha sido tan eficaz en sus prácticas corruptas que por eso lo ponen al frente de las obras de la ciudad. Fernando Aboitiz se encargará de fondear la precampaña de Marcelo Ebrard y eso es grave, porque se están dejando de hacer muchas obras a través de los pagos que se triangulen con las constructoras. Nadie asocia la palabra "decente" con el nombre de Fernando Aboitiz.
La ciudad será mejor, pero si se hicieran las cosas bien, la ciudad sería sorprendentemente mejor, y es increíble que ningún político le apueste a la pulcritud como mejor forma de propaganda, pues en realidad lo sería. Si hoy no tenemos ninguna obra grande, además de la línea 12 del metro, como hace un año estábamos colmados de obras, es porque fue un año electoral y no sólo por la crisis. Las prioridades fueron otras. Las cosas mejoran con muy poquito (están incorporando menos de 500 autobuses, que cuestan menos de 2 millones, es decir, con menos de 1000 millones de pesos están mejorando el transporte de la ciudad, qué pasaría si dedicaran más recursos sólo a crear corredores de calidad).
El rumbo es el correcto, pero no tengo la menor duda de que se puede hacer más.

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