El bloguero de la megablógolis

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martes, 27 de julio de 2010

Bicicleta Pública en Londres

lunes, 26 de julio de 2010

Vialidad, lo menos posible

La infraestructura vial en México siempre ha sido precaria y mal planeada. Toda ha sido construida sin un plan de largo plazo y a menudo las decisiones han sido contradictorias entre un sexenio y otro.

En términos generales las ciudades refuerzan dos tipos de vialidades primarias: las radiales y las circulares. Las primeras conectan el centro con las carreteras. En Europa esta configuración es bastante marcada, mientras que en Estados Unidos es mucho más suave: las autopistas llegan muy cerca del centro y continúan hacia la salida de la ciudad y en algún momento se cruzan con otras autopistas que realizan más o menos la misma función, y los circuitos ayudan a articular los movimientos. No son estos los únicos trazos posibles. Los brasileños plantearon una traza de ciudad en forma de avión, ésta ha tenido éxito en Curitiba y en Brasilia. En el caso de Brasilia este trazo se refuerza por una presa que establece un límite de ciudad justo en el área central, pero en sí hace a la capital brasileña muy dependiente del auto, cual ciudad estadounidense. No es el caso de Curitiba, que justo incentiva lo opuesto.

En México no tenemos claro el trazo vial. Las vías no semaforizadas son pocas y no están terminadas en muchos casos. Sabemos (es un decir) que hay que seguir haciendo los puentes del Circuito Interior y el Periférico Oriente y Norte. Sabemos que hay que terminar el Eje Troncal Metropolitano para que no haya semáforos desde Ecatepec hasta Xochimilco. Sabemos también que si tenemos que esperar más de 3 ó 5 semáforos para pasar un crucero, tarde o temprano se proyectará un puente.


¿Cuando se decide hacer un puente los decisores se preguntan si no bajará a un cuello de botella? La respuesta me parece es negativa. Recién se construyeron puentes en el Circuito Interior. El que pasa sobre Av. México - Coyoacán me parece tuvo cierta utilidad pero el de Río Mixcoac y Patriotismo resultó un tanto estéril pues no resolvió todas las necesidades viales del crucero y los autos siempre bajan a un semáforo con la particularidad de que además no pueden tomar José María Rico. El puente de Muyuguarda que además tardó dos años y medio en ser construido, en dirección hacia el norte siempre termina en un cuello de botella, agravado por un salón de fiestas los viernes y sábados. El puente de la Virgen y Eje Troncal tiene una bajada a un mercado ambulante tres veces a la semana, del otro lado baja a una avenida con topes. Sobre el eje sí agilizó las cosas, pero de todas formas ese crucero no era tan importante.

Ahora que se construya la Supervía habrá multiples afectaciones en los puntos extremos. Es probable que se dé prioridad a quienes ya vengan sobre la Supervía para tomar los puentes de los poetas, pero generarán un flujo superior a la capacidad de Luís Cabrera. El diseño podrá hacer también que los vecinos de la zona sean marginados por los usuarios de la autopista urbana.

Esta semana el Secretario de Obras y Servicios, Fernando Aboitiz dijo que la ciudad estará 5 años adelante en materia de vialidad cuando terminen las obras. Sería interesante saber con qué metodología hizo el cálculo. A ojo de buen cubero, que seguramente el método que utilizó fue ese, creo que tenemos un atraso de décadas: ni siquiera sabemos qué estructura vial queremos para la ciudad.

Mi idea de estructura vial es muy simple (adelante veremos si es posible): unir las autopistas que conectan al Distrito Federal con las ciudades cercanas en la forma más simple posible, sin semáforos, con autopistas urbanas de cuota ... pero jamás elevadas. La razón de rechazar lo elevado es simplemente la división que genera en la ciudad. Me parece que si un día este país llega a ser desarrollado y a contar con financiamiento suficiente para pagar no sólo su infraestructura de transporte de calidad sino también su infraestructura vial de calidad, aún por la vía de cuota pero haciendo vialidades de calidad y no sólo reproduciendo el mismo modelo de autopistas con el que desarrollamos la infraestructura carretera del país, entonces podremos desmontar todo el Periférico, convertirlo en un parque lineal, con un gran Metrobús con rebases, y una gran autopista subterránea de cuota de 8 ó 10 carriles de 4 metros de ancho. Se ve difícil.

Una alternativa más modesta, sin embargo, sí es contar con autopistas subterráneas: el parque lineal de Viaducto que ya he propuesto en este blog, tendría que enterrar la vialidad y crear un canal que se tradujera en la integración del poniente y el oriente de la ciudad, hoy divididas por la avenida más endémica de la ciudad: Tlalpan. Al llegar a Pantitlán de pronto los autos desaparecerían y saldrían ya encaminados a Santa Fe y a Toluca. Tres carriles anchos por sentido. Un servicio de cuota. La ciudad perdería un servicio gratuito en el mismo corredor, pero podría sustituirlo por transporte público. Las emisiones subterráneas podrían capturarse y hasta filtrarse. El proyecto serviría incluso para iniciar la construcción de un drenaje pluvial.

Oh, sorpresa, me opongo a la Supervía y propongo vialidad ¿Es esto congruente? Creo que el problema de las autopistas urbanas que se están proponiendo es que no responden a un plan de vialidad sino a una improvisación sobre necesidades específicas: el inminente desplome en los precios de Santa Fe por falta de conectividad y los nuevos desarrollos del sur como Biometrópolis (sobre una reserva ecológica según la foto), para el cual parece más sencillo ampliar la infraestructura vial que la oferta de transporte público.
En términos de proyectos aislados, más de uno de los que se han propuesto en los últimos años puede resolver muy bien problemas de la zona: por ejemplo el de Ejército Nacional y Ferrocarril de Cuernavaca solucionaba una vuelta caótica y daba flujo continuo hacia Palmas, Santa Fe y Toluca (En algún momento incluso me manifesté a favor del proyecto). Pero si dejamos de pensar en proyectos viales puntuales para centrarnos en un proyecto vial estratégico que vaya de la mano de proyectos de transporte entonces podríamos dar paso a un replanteamiento de la ciudad. En esta ruta, construir un paso a desnivel como el mencionado sólo tendría sentido si forma parte de ese proyecto estratégico.

Esencialmente son cinco las autopistas que deben quedar unidas, Cuernavaca, Toluca, Querétaro, Pachuca y Puebla. Si es posible unir también Texcoco sería bueno. Esto lo que nos dice es que, en efecto, los puentes pueden construirse sobre Periférico Oriente (haré una acotación adelante), Periférico Norte, Circuito Interior. Pero prácticamente todos los demás carecerían de sentido, si no tienen como bieneficiario principal al transporte público y no al automóvil. En el Circuito Interior tendríamos un par de semáforos en el Oriente (Tezontle y Te), Barranca del Muerto, Insurgentes y ... el par vial Patriotismo - Revolución. Los puntos suspensivos son porque allí empiezan los problemas: ¿Vamos a puentear desde la San Miguel Chapultepec hasta Mixcoac? ¿Haremos un gran túnel? Nuestro circuito interior siempre quedará chato.

En el caso del Periférico tenemos otro problema: la sección entre Tláhuac y Ermita es demasiado angosta, en algún momento sólo tiene 6 carriles y un camellón ancho. ¿Vamos a poner un gran puente que una ambas avenidas? Lo mismo ocurre en la sección que colinda con Ciudad Nezahualcóyotl donde ya empezaron a construir puentes. Entonces nuestro segundo circuito también quedará chato.

De la entrada a Querétaro a Cuemanco -de construirse una tendremos 8 carriles por sentido, 2 laterales, 3 centrales gratuitos, 3 elevados de cuota. Éstos desembocarán, a sólo 3 carriles y se alimentarán de sólo 3 carriles. Esta disparidad tiene una particularidad: para el poniente todo, para el oriente nada. Como consecuencia, el oriente tendrá que demostrar que necesita la misma infraestructura. Si hacemos un oriente más sustentable, seguiremos teniendo el problema de que el poniente está orientado al automóvil: el transporte público será para pobres, y el auto para ricos.

¿Ya está quedando claro hacia dónde quiero llegar?

Los proyectos viales deben desarrollarse en congruencia con un plan, pero no pueden seguirse desarrollando en armonía con la inequidad, en todo caso deben generar equidad. Hoy día el único gran proyecto vial que veo es el que mencioné de Viaducto, pero porque implica enterrar la vialidad, hacerla de cuota (en algún momento dudé si libre o cuota, hoy estoy convencido de que debe ser de cuota), construir un parque lineal y esforzarse por unir el oriente con el poniente. En el caso del segundo piso en operación hay que pensar cómo desmontarlo. En el caso de los puentes que hagan falta en Circuito Interior puedo aceptar el de Tezontle - Te y el túnel de Insurgentes a Barranca. Los puentes en Periférico Oriente terminarán por no hacer falta si se construye el Metrobús. Las implicaciones de esto que acabo de expresar son: la infraestructura de cuota debería pagar todas las obras inducidas de Viaducto, los pasos a desnivel que mencioné no deben costar más de 1500 millones de pesos, quizá faltará también el cruce de Periférico y la Autopista a Pachuca con recursos metropolitanos. Y la ciudad no debería pagar ni un puente más en muchos años, tal vez dar mantenimiento a los existentes ... pero lamentablemente sí pagar centenas de millones en desmontar el segundo piso, al menos de las Torres de Mixcoac hacia San Jerónimo. Con estas obras será posible unir las ciudades mencionadas sin detenerse en un semáforo. Con las obras de transporte tendría que reducirse la congestión, aunque los amantes del automóvil no lo crean.

Si invertimos 6 mil millones de pesos al año en ampliar la infraestructura de transporte de la ciudad el crecimiento de la red será exponencial. La ciudad tiene capacidad de invertir esa cantidad, que equivale a 100 kilómetros de metrobús al año. En realidad podría invertir una parte en ampliación del metro (sólo las líneas existentes en principio) y todo lo demás a ampliar el metrobús. Al cabo de una década tendríamos cobertura, pero quizá una red saturada en ciertos puntos. La siguiente década todo el esfuerzo tendría que ser por crear servicios expreso de trenes y autobuses, y eliminar la saturación. ¿Esta estrategia nos la da construir Supervías por todos lados? Por supuesto que no. Jamás alcanzarán los recursos para ampliar la vialidad por toda la ciudad, y jamás será habitable una ciudad con pasos elevados por todos lados.

Repito y resumo lo que estoy proponiendo:
1. Construir una autopista subterránea bajo Viaducto y un parque lineal con canal en la parte exterior. Toda la inversión debe pagarse con las cuotas.
2. Construir sólo los pasos elevados de Churubusco y Tezontle, Churubusco y Te, y un subterráneo de Insurgentes a Barranca del Muerto por Río Mixcoac. Obras que supongo andan por los 1500 millones de pesos. Habría que añadir un puente en Periférico Norte y la Autopista a Pachuca con recursos del Fondo Metropolitano.
3. Desmontar el segundo piso actual de San Antonio a San Jerónimo. No construir, por supuesto, el tramo de cuota del segundo piso. Esta obra sí es cara.
4. Dedicar 6 mil millones de pesos al año a la ampliación de la red de transporte, principalmente a metrobús, durante 10 años, sin construir nuevas líneas de metro, sólo ampliar moderadamente las existentes. En la siguiente década orientar la red a disminuir saturación y generar servicios exprés.

Es imposible alcanzar al automóvil. Mientras el objetivo sea mover automóviles la infraestructura siempre será insuficiente, es más fácil mover seres humanos.

jueves, 22 de julio de 2010

Pensar el futuro

Por José Alberto Márquez Salazar

Hace poco más de dos décadas Jacques Attali escribió el ensayo Milenio donde describía el futuro del mundo y su impacto en la vida cotidiana de los seres humanos. Dispositivos móviles, transacciones instantáneas multimillonarias, objetos y seres humanos nómadas, construcción de grandes bloques o espacios geográficos socio-políticos y económicos.

Durante más de tres años en La Megablogolis se han descrito decenas de propuestas para generar una ciudad sustentable, sobre todo en lo referente al transporte. En estos tiempos acelerados, las visiones de corto plazo rebasan utilitariamente las visiones de largo alcance, la necesidad de responder a nuestras necesidades inmediatas convocan soluciones no siempre acertadas. La Megablogolis ha buscado ir más allá y, en muchos casos, quizá anticipar al futuro.

¿Nuestra ciudad está preparada para el futuro? No me refiero al futuro inmediato de las lluvias, encharcamientos, tráfico, desempleo, etcétera. Después de dar una vuelta nuevamente a la visión de los futurólogos no deja de parecer necesario compartir un poco de sus visiones.

En más de cincuenta años, las principales potencias tecnológicas enfrentarán un presente donde la cuestión, no Shakesperiana, involucrará los avances tecnológicos y científicos y la forma en que el ser humano los asimilará.

Las nuevas tecnologías, la biotecnología en particular, extenderán la vida de forma hoy inimaginable. En cincuenta años la población adulta será el motor de la vida pues la biotecnología nos dará la posibilidad de que haya órganos vitales creados y conservados en los laboratorios, esperando a ser usados por nosotros. Desde el nacimiento los hombres sabremos cuáles serán nuestros principales problemas de salud y pequeñas capsulas podrán ingresar a nuestro cuerpo para detectar los males que tenemos.

Viejos mitos serán resueltos, la telepatía o psicoquinesis definirán los nuevos campos de investigación y conocimiento de nuestro cerebro. La mínima capacidad con que lo utilizamos hoy será rebasada completamente.

La información no será el problema, pues los sistemas de procesamiento y transmisión serán cosa de niños. El reto del ser humanos será entender las ideas, los conceptos, a partir de esa cantidad de información más clara. Por ejemplo, en unos lentes capaces de proporcionarle información sobre su interlocutor o sobre los objetos, edificios, paisajes que mire. Pensar, saber pensar y procesar la información, obtener la síntesis de ellos será lo fundamental. Lyotard, alguna vez, se preguntó: ¿habrá pensamiento después de la muerte física, después de la desaparición del hombre?

El contacto humano, en la sociedad, como lo conocemos ahora será reducido, y tendrá su punto nodal en los medios de comunicación: teléfonos, pantallas, la red. Al lado nuestro estarán instalados robots que harán una vida más sencilla.

De continuar avanzando la ciencia y tecnología, los mecanismos de mercado continuarán pero modificarán la relación entre los consumidores y los productores.

En cincuenta años, quizá, el ser humano habrá respondido a tres cuestiones fundamentales: ¿Podemos hacer viajes en el tiempo? ¿Podemos ser invisibles? ¿Podremos teletransportarnos?

La respuesta a estas preguntas abrirá más caminos al ser humano y lo pondrá en entredicho frente a los propios

Los cambios de lo que brindará la tecnología y la ciencia modificarán mucho de los espacios políticos. El Estado nacional dejará de existir para tener confederaciones, parecidas a la Unión Europea, donde se discutan temas cómo la regulación de la biotecnología, de ésta aplicada a la producción de alimentos o a la saluda.

Ideas como la Libertad tendrán nuevos debates: ¿Puede un ser humano decidir qué tipo de hijo tendrá, podemos producir alimento de la basura, podemos tener acceso a toda la información?

Contrariamente a lo que uno puede pensar sobre los beneficios de la tecnología y la ciencia, el futuro traerá muchas más diferencias y conflictos sociales sino sabemos dirimirlos y encausarlos. Tendremos un mundo más jerarquizado y competitivo en el cual la tecnología y la ciencia serán los ejes del nuevo ser humano.

De verdad, ¿seremos humanos dentro de 200 años? ¿Será posible todavía pensar en la raza humana?

Creo que el tema fundamental será resolver y asimilar todos los nuevos planteamientos que nos dan la ciencia y la tecnología.

Los recursos naturales serán más escasos para nosotros, pero por una necesidad imperiosa, habremos entendido la forma en administrarlos y hacerlos más eficientes, porque la ciencia y la tecnología no nos darán o harán mejores ¿seres humanos?

Las ciudades tendrán edificios inteligentes donde el sistema abrirá tu puerta tan sólo por reconocerte. La tecnología no la verás como en ciertas películas, seguirá siendo la misma, con sus barrios y comunidades, pero será más sencilla. Inclusive temas como los accidentes automovilísticos serán desconocidos. Pero tendrá circuitos de producción que permitan un menor desplazamiento entre consumidores, productores y prestadores de servicios.

La misma ciudad desaparecerá conceptos como la propiedad privada pues, por ejemplo, el transporte público será mayor de tal forma que podamos abordar un automóvil y trasladarte a X lugar y ahí otra persona puede tomarlo y utilizarlo.

Y desde aquí, desde la Megablogolis, habremos visto una parte del inicio del futuro.

marquezdoyle@yahoo.com.mx

lunes, 19 de julio de 2010

Transporte escolar

Debo reconocer que en un tema tan importante no tengo aún una propuesta que me convenza. Comparto la preocupación de las autoridades por hacer obligatorio escolar para combatir lo que de hecho me parece una mala práctica al momento de llevar a los hijos, sin embargo, el programa se ha instrumentado con tan poca sensibilidad que también entiendo la posición de los padres que se oponen.
Cuando estudié la primaria, desde el primer año, el camión escolar pasaba por mí. Mamá trabajaba y no tenía otra alternativa que dejar que el camión me recogiera y me llevara de vuelta. Así fue los seis años. En la secundaria me iba en metro y volvía en metro. Nunca se cayó el mundo. Por eso sé que el uso del transporte escolar es posible. Pero entiendo el tema del costo.
Supongamos que uno elige una escuela cercana, entonces los padres al arrancar el vehículo y llevar al niño a la escuela, consumen un litro de gasolina que vale 8.36 pesos. Recogerlo implica un costo similar. 21 días hábiles al mes implican en promedio 350 pesos aproximadamente de combustible más el desgaste del vehículo y el tiempo. Se dice que el Prote (programa de transporte escolar obligatorio) tendrá un costo superior a los 800 pesos. Si alguien tiene dos o más hijos el costo se multiplica. El tiempo que se ahorran los padres de clase media y alta (los niños de clase baja no van a las escuelas privadas donde el transporte escolar tendrá otro esquema y muchos de ellos van en transporte público con o sin sus padres) para algunos no alcanza a compensar la preocupación porque los niños lleguen bien a su destino.
Me resulta difícil pensar que un transporte colectivo salga más caro que el transporte individual, pero eso es lo que ocurre y de hecho da argumentos para estar en contra. También creo que algunos padres puedan exagerar en su protección a los niños (mientras yo iba en secundaria vi cómo muchos "nenes" seguían siendo transportados por sus padres en un esfuerzo para envolverlos en una esfera de inocuidad social). De igual manera entiendo que justo los padres quieren proteger su máximo tesoro en la vida llevándolos personalmente.
Por tanto veo cómo un programa bien intencionado, mal instrumentado y sentimentalmente recibido por la sociedad, se encamina al fracaso.
Me parecería interesante que en vez de obligar a los padres de familia a entrar en el Prote se prohibiera el ascenso y descenso de estudiantes en automóviles en los alrededores de las escuelas en determinado horario. Quien incumpla esta prohibición recibe la misma sanción que por el Hoy No Circula y el carril del Metrobús: que su vehículo se remita al corralón un día. El resultado de una medida así sería: en vez de unas escuelas piloto el programa se instrumentaría en todos lados y los padres dejarían a sus hijos a 100 metros, donde las escuelas organizarían brigadas para llevarlos hasta el colegio. El congestionamiento se dispersaría en las primarias, y en las secundarias sería mucho menor aún. Seguro que esta propuesta tendría también sus inconvenientes, pero incentivaría el uso del transporte escolar como medida salvadora. En vez de castigo sería la alternativa.
En fin, no tengo una posición absoluta sobre el tema, pero sí tengo claro que el Gobierno del Distrito Federal no supo instrumentar este programa.

viernes, 16 de julio de 2010

La bicicleta pública

jueves, 15 de julio de 2010

El proceso electoral de 2010

Por Alberto Márquez Salazar

El proceso electoral de este año en diversos Estados de la República estuvo marcado por cinco elementos significativos: a) La consolidación de alianzas o coaliciones electorales, b) La participación activa de las casas encuestadoras y de los resultados de sus sondeos, c) La recuperación de viejas prácticas electorales que ponen en entredicho algunas formas de la democracia que queremos construir, d) La judicialización de algunos procesos electorales en los cuales los candidatos fueron dejados fuera de la contienda por asuntos judiciales y e) La presencia de la delincuencia organizada, presionando o intimidando, para influir en el proceso.

Las alianzas o coaliciones fueron motivo de controversia y han sido declaradas como triunfadoras por algunos actores políticos. Cabe señalar que electoralmente ganaron en Estados significativos como Oaxaca, Puebla y Sinaloa y ahora veremos sus resultados políticos, es decir, en la construcción de gobiernos que consoliden el proceso electoral. Pocas de las alianzas o coaliciones partieron de una plataforma básica. En muchos de los casos tuvo que ver el candidato o personaje para formalizar la alianza. Candidatos que hace unos cien días peleaban la candidatura por otro partido político. La configuración del sistema se está transformando de tal manera que ahora los partidos por sí mismos no pueden ganar un proceso electoral. Como podemos ver en este proceso no hubo ningún partido político que por sí mismo ganara la elección de Gobernador.

Las encuestas pintaron mal la realidad. No son pocos quienes repiten la necesidad de construir una normatividad que ponga fin al uso de las encuestas, sondeos o estudios de opinión. Creo que estás, por fallas en sus procedimientos o por compromisos adquiridos, nos dieron, hasta antes de la elección, una imagen muy diferente a lo que vimos. Hubo procesos donde algunas casas daban más de veinte puntos de diferencia a favor del candidato A que a la postre perdió con una diferencia igual a la que le planteaba como ganador.

El viejo régimen persiste. No fue un proceso electoral limpio. Si los ciudadanos esperaban madures de los partidos, lo que vimos fueron guerras sucias, uso de recursos públicos, coacción e inducción del voto. Las viejas prácticas volvieron para garantizar a muchos actores el triunfo.

Las justicia participa. Definitivamente, como el caso de Quintana Roo, el proceso judicial en contra de uno candidato de los candidatos y la suspensión de sus garantías modificó radicalmente el proceso y los resultados. Si bien, un proceso judicial tiene sus propios métodos y tiempos, su intervención en el proceso electoral deja muchas dudas y creo que no garantiza gobernabilidad.

La sombra del narcotráfico. Hoy más que nunca, los procesos electorales y el sistema político, están cerca de que el poder de la delincuencia organizada los modifique. No es nuevo hablar de candidatos que son financiados por el narcotráfico, lo que ahora sorprende es que a la luz pública la delincuencia organizada ya participe intimidando o ejerciendo violencia contra los actores políticos. Un tema que urge resolver y limitar desde ya para consolidar nuestra democracia.

Finalmente, hay que observar que el sistema político mexicano se está modificando y creo que las sucesivas reformas no están respondiendo a la necesidad del mismo sistema y a las que los ciudadanos se plantean.

Los partidos políticos han sido cuestionados, pero como vemos ahora, éstos han sido desplazados por los intereses de las alianzas o de algunos personajes que no necesariamente vienen de un proceso ciudadano.

Desde diversos espacios, algunos actores del sistema estamos buscando abrir al sistema a las candidaturas ciudadanas y mucho se ha criticado el punto. Este proceso ha demostrado que desde fuera de los mismos partidos se han construido candidaturas que hacen ver a los partidos como meros instrumentos de grupos políticos.

Una plataforma política tiene las ideas, principios, proyectos y compromisos políticos que asume un partido. Éstas mismas vienen a ser una suerte de norma para los gobiernos emanados de los partidos políticos, pero cuando desaparecen no hay límite para que el candidato, gobernador, diputado o representante popular ejerza el poder indiscriminadamente.

El sistema parece estar modificándose para privilegiar a grupos y personajes y dejar de lado al sistema de partidos, pero no hay un indicio por dónde el ciudadano común vea representados sus intereses.

lunes, 12 de julio de 2010

La mejora de todos los espacios urbanos

Hacer cosas pequeñas para beneficiar a pocos a menudo es más sustentable que hacer cosas grandes para beneficiar a muchos. Grandes proyectos pueden ser muy buenos, pero en su esfuerzo de instrumentación suelen verse contrapuestos con las necesidades locales. Aún así, a lo largo de estos 3 años (sí, Megablógolis acaba de cumplir 3 años y 50 mil visitas) he defendido algunos proyectos ambiciosos y hasta argumentado la forma en que pueden financiarse.

No obstante, la experiencia local, las mejoras a un barrio, o a un simple crucero, pueden tener mucho más impacto en la experiencia de vida de quienes las gozarán. El tema es cómo hacer de esas pequeñas cosas una experiencia para todos los habitantes de la metrópoli. Y ese es el punto difícil.

Recién he tenido la oportunidad de participar en una propuesta para una zona "autodependiente" como Lomas - Virreyes. El metro más cercano es probablemente Constituyentes o Auditorio y están a 20 ó 30 minutos caminando. La propuesta, que hicimos está orientada a reducir el uso del automóvil, tarificar el estacionamiento en vía pública mediante parquímetros y a facilitar los movimientos peatonales mediante mejores cruceros, reductores de velocidad (en vez de los abominables topes), áreas de tráfico calmado, cambios de sentido, entre otras medidas.

Creo que algunas de las propuestas que realizó el Institute for Transportation and Development Policy serán instrumentadas. Ojalá fueran todas. Si esto ocurre, quienes transitan por la zona sin tenerla como origen o destino encontrarán una sorpresa fundamental: Lomas Virreyes será más lenta como atajo entre corredores tales como Reforma, Palmas, Periférico o Eje 5 Poniente. Lo que quisimos hacer fue justamente evitar el tráfico de paso y fortalecer el movimiento local. Todavía habrá que diseñar el esquema de parquímetros, pero también estará orientado a favorecer la rotación de vehículos (que no es mala) sobre todo en las zonas comerciales, lo que dará lugar a un fortalecimiento del pequeño comercio en vez de las grandes cadenas. Esto generará tráfico sobre todo en Prado Sur. Es intencional.

Más allá del éxito de estas medidas, el verdadero éxito considero será que otras zonas de la ciudad pidan proyectos similares. ITDP es una institución que promueve buenas prácticas y que por consecuencia aspira a que se repliquen. Lomas - Virreyes es una zona de alto nivel económico, la mayoría de sus pobladores está en el decil más rico de población. Si logramos no sólo concretar lo que conceptualizamos sino replicarlo seguiríamos enfocados al decil más rico o a los dos deciles más ricos ... pero el éxito verdadero estará cuando logremos permear a colonias de todos los estratos sociales con medidas similares.

Lo importante de generar un contagio es que finalmente los pobladores de una colonia hagan suyos los beneficios de un proyecto local, en vez de que se vean impactados y rebasados por un tren suburbano, una autopista urbana, un drenaje profundo, demoliciones u otra gran obra.

Creo que la gente en la Ciudad de México, en general, sólo ha concebido su espacio habitacional como dormitorio. Allí consiguió un terreno o un departamento y allí duerme. Muchas colonias son sólo dormitorio. Hay otras que sí tienen vida de barrio (la mía, entre ellas) pero no logran articularse completamente con la ciudad ni integrar a todos los vecinos. Mejoras a la peatonalización evitarán desplazamientos, fortalecerán la economía local y favorecerán la integración comunitaria.

Mi apuesta es generar un parteaguas muy pronto entre el modelo actual de fuerte motorización y traslados a los centros de servicio (centros comerciales, tiendas de autoservicio, grandes almacenes) y llegar a un modelo local donde haya suficientes actividades en cada colonia, que la hagan segura, amable, con empleos, con calidad de vida. Para ello, cada colonia tendría que empezar a pensar en grande. En vez de que los fondos que a veces llegan como "presupuesto participativo" se inviertan en necesidades básicas (iluminación, canchas, banquetas, etc.), las colonias deberían pensar, además en el futuro de la colonia. ¿Cómo debe ser mi barrio en 20 años?

Si me pidieran participar en proyectos para 5 colonias más podría darme a basto, pero si me piden ayudar a 50 sería imposible a no ser que generáramos la conciencia de lo que hay que transformar, entonces podríamos dar dos o tres pláticas a la semana por distintas colonias y dejar que cada quien vaya visualizando su transformación y el aprovechamiento de los activos que ya tienen. Hay que generar una bola de nieve transformadora.

viernes, 9 de julio de 2010

Por las ventanas

miércoles, 7 de julio de 2010

lunes, 5 de julio de 2010

El sacrificio ejemplar

El presidente Felipe Calderón emitió 3 mensajes en cadena nacional durante la semana. El primero de ellos fue para condenar el asesinato de Rodolfo Torre Cantú, candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas; el segundo, para proponer una estrategia de Estado para el combate al crimen organizado, en vez de una estrategia de gobierno, como hasta ahora. El tercer mensaje fue, en la práctica, la anulación del segundo mensaje. No sé si como reacción a que el mensaje llamando a una estrategia de Estado fue interpretado como uno más de sus mil discursos repetitivos pero vacíos, o por simple oportunismo, el presidente quiso comunicarnos que su gobierno no va tan mal, se han creado 513 mil empleos formales en lo que va del año. El problema en sí es que no se puede llamar a una estrategia de Estado sin renunciar a algo: no se puede llamar a una estrategia de Estado 5 días antes de las elecciones estatales, y 3 días antes dar un mensaje electorero que se mete en la campaña y que de paso podría terminar afectando a los pocos candidatos ganadores del presidente cuando el PRI los impugne, tal como ocurrió con su propia elección en 2006, cuando Vicente Fox terminó metiéndose de lleno en el proceso electoral.

La situación actual me recuerda la pérdida de California y Texas: mientras había que defender la patria, los pleitos intestinos debilitaban cualquier posibilidad de defensa unificada. A más de 150 años de tales hechos, tenemos claro que el culpable no fue sólo ese personaje jocoso Antonio López de Santa Anna, sino la división que predominaba entre los mexicanos.

¿Tenemos solución? Los pesimistas siempre tendrán más probabilidades de probar sus teorías que los optimistas, quienes por lo general sólo tienen una oportunidad decisiva en el largo plazo, sin embargo no tenemos otra alternativa que inclinarnos por el optimismo cualquiera que sean los tiempos. El tema es cómo los optimistas podemos tener la razón.

En la secuencia de hechos, en la recta final de las campañas aparecen audios obtenidos de manera ilegal que prueban la intromisión de tres gobernadores en los procesos electorales de sus estados, Oaxaca, Puebla y Veracruz. El PRI jamás reconoce culpa alguna y por arte de magia ocurre la tragedia (las conjeturas que hagan no son mías). Rodolfo Torre se lleva los delitos electorales de Fidel, Ulises y Marín. El PRI se unifica en torno a Beatriz Paredes quien saca su espada y acusa al presidente de enrarecer el ambiente. Supongo que los personajes en cuestión serán juzgados cuando terminen sus gobiernos. Al final hay tres actores que son probadamente deshonestos: el presidente (por tratar de cargar los dados), el PAN (por las grabaciones ilegales) y el PRI (por los delitos electorales).

¿Alguien aquí ha sacrificado algo por un bien superior? Para que tengamos una respuesta del Estado a los problemas, sobre todo al de violencia, tendríamos que tener un sacrificio ejemplar de todos los actores. Al menos de los actores mencionados no lo hemos tenido y tampoco vemos que haya mucha disposición. El PRD manifestó mayor disposición y el grupo anti-Calderonista radical (es decir, los políticos en torno a Andrés López Obrador) difícilmente será de los primeros en realizar el sacrificio ejemplar, pues en el fondo ellos han participado activamente en el debilitamiento de Felipe Calderón y su gobierno (en buena medida, si Felipe Calderón se refugió en las mafias políticas fue no sólo por los pactos hechos durante el periodo electoral, que fueron muchos, sino también porque el cuestionamiento a su gobierno por la extrema izquierda lo arrinconó).

¿Y como ciudadanos, estamos dispuestos a hacer un sacrificio? Sin creer, definitivamente no. Los ciudadanos podemos hacer muchos sacrificios, podemos renunciar temporalmente a ciertas garantías individuales si esto garantizara que estaremos mejor al término de ese periodo; podemos ser menos chillones, menos criticones, menos apáticos, si sabemos que nuestro silencio, nuestro estoicismo, recibirá como premio un mejor país. Sabemos que eso no va a ocurrir en un primer momento. Los inocentes que mueran en el fuego cruzado seguirán siendo acusados de pandilleros, sicarios y narcotraficantes. La preferencia la seguirá teniendo el que grite más fuerte y no el ciudadano más disciplinado.

Lo que nuestra sociedad requiere es precisamente el sacrificio ejemplar, un sacrificio único en el que todos los actores cedan lo que tengan que ceder para un Estado mejor. Eso incluye individuos, organizaciones, partidos, gobiernos. Nadie está en la posición de un sacrificio ejemplar en este momento, pero sí podemos ir hacia allá, si construimos el tendido social para ello.

Hace unos meses hablé de mi propuesta para Ciudad Juárez: que los partidos fueran juntos apoyando una planilla única compuesta por personas ejemplares y no cuotas de partido. El sacrificio ejemplar que espero de los políticos va en ese sentido. El sacrificio ejemplar que tendríamos que hacer los ciudadanos es prepararnos para un momento posterior decisivo. Pasa por tratar de ser mejores cada día, pero si no siempre se puede, es simplemente pensar que un día será posible y prepararnos para ese momento, para ser parte de ese grupo de ciudadanos ejemplares que pueda dar la cara en el momento preciso. Así han sido todas las transiciones en el fondo. Chile evolucionó durante 15 años de dictadura hasta el plebiscito.

Es un tanto desmotivante que cuando esperábamos una transición concluida en 2000 resulta que esto sólo fue el comienzo de una transición hacia una cultura democrática. Puede ser que en 2012 vuelva el PRI al poder, puede ser que como la mayoría de los gobernadores priístas, el siguiente presidente utilice el poder con discrecionalidad en beneficio de su grupo político y de su partido. No obstante, el verdadero cambio tendrá que ser construido desde la ciudadanía.

Parte del sacrificio ejemplar será en el día a día. Yo creo en una ciudad con mejores herramientas de movilidad. Antes creía esto mismo pero encerrado en mi automóvil de 6 cilindros (por el que sin embargo pagaba sus bonos de carbón), ahora lo creo y lo defiendo usando casi diario el transporte público. Eso me hace más congruente. Ese es parte de mi sacrificio ejemplar. No pretendo ponerme en una montaña que me unja de honestidad para señalar a quienes no hagan el sacrificio ejemplar, pretendo ponerme en la condición básica que me dé derecho a reclamar mejores políticas de movilidad a mis gobiernos. No estoy moralmente encima de ningún ciudadano en general pero sí me siento moralmente superior a las instituciones en las que no creo. El ciudadano ejemplar es igual a los demás ciudadanos, pero es muy superior a los líderes de partido y de gobierno. Hacer mejor ciudad cada día nos fortalece como individuos de a pie; cuando el funcionario hace el mismo sacrificio se fortalece también. Cuando lo hagamos todos, el sacrificio ejemplar trasciende en una mejor sociedad, se arraiga y deja de ser un sacrificio para ser una forma de convivencia.

Al final del proceso veo al ciudadano ejemplar consolidando el verdadero cambio, sin necesidad de que gritemos con humildad No nos falles a un hombre que termine fallando. Por el contrario, el No nos falles será un grito mucho más fuerte y mucho más discreto, y sólo así tendrán la presión moral para no fallarnos.

viernes, 2 de julio de 2010

Elevadores para bicicletas

jueves, 1 de julio de 2010

El presidente que está perdido

Por José Alberto Márquez Salazar


El 1 de diciembre del 2006, cuando Felipe Calderón tomó posesión como presidente de la República mexicana, el Partido Revolucionario Institucional allanó su toma de protesta en el Congreso de la Unión. Mientras las fuerzas agrupadas en la Alianza por el Bien de Todos, con la segunda mayoría en la Cámara de Diputados, lo declaró como ilegitimo, el PRI le dio legitimidad. Entonces, el PRI argumentó la necesidad de la vida institucional. No era de adivinos predecir que esa legitimación le costaría mucho capital político al Partido Acción Nacional y al Ejecutivo Federal.

Dos años de encuentros entre el PAN y el PRI se rompieron cuando un dirigente de aquel prometió y luego desconoció acuerdos para no realizar ningún tipo de alianza o coalición con el Partido de la Revolución Democrática. El divorcio era anunciado en ese diciembre de 2009 porque la división y disminución electoral de la Alianza por el Bien de Todos dejó al PRI como la única fuerza capaz de competir en el 2012 con el candidato del PAN. Quizá por eso la aritmética menor que el líder del PAN busca hacer: sumar fuerza para impedir que el PRI regrese al gobierno de la República, sin importar con quién o para qué.

El asesinato del candidato del PRI al gobierno del Estado de Tamaulipas ha formalizado la ruptura. Mientras el presidente tiende la mano para que las fuerzas políticas se integren en un Frente contra la delincuencia, el PRI, en voz de Beatriz Paredes, afirmó: “siempre hemos estado dispuestos a dialogar, pero con liderazgos legítimos y no fruto del oportunismo, que bregan en la borrasca de aguas tormentosas para ver si recomponen sus posicionamientos, cuando ha sido precisamente la irresponsabilidad y el cortoplacismo, el querer ganar a cualquier costo, lo que ha enturbiado el debate y envilecido a la política.” El mensaje no tiene más interpretaciones. Le están recordando un servicio prestado y advirtiéndole que ahora el trabajo conjunto está muerto. Además, la referencia tiene que ver con el trabajo sucio realizado por Cesar Nava al exhibir las grabaciones donde el gobernador del Estado de Veracruz, Fidel Herrera, sin miramientos ejerce los recursos públicos del Estado para apoyar a los candidatos del PRI.

El 2012 ya está aquí y al presidente de la República se le cae su principal responsabilidad: la seguridad pública. Empeñado como está en corresponder a las demandas de nuestros vecinos del norte, inició una guerra contra el narcotráfico definiéndola como ineludible, como necesaria y absolutamente responsable pues antes no se había hecho nada. La guerra de los cárteles por el control de los territorios lo ha rebasado, lo ha dejado de lado, porque aún cuando algunas autoridades buscan “administrarlos”, estos avanzan en territorio e instituciones. De hecho, en algunos Estados

La convocatoria realizada esta semana para formar un frente común contra la delincuencia llega tarde y a destiempo. Una de las mayores virtudes de los políticos es aprovechar las oportunidades. Buscando mitigar la respuesta política del PRI, por los hechos de sangre, no responsabilidad inmediata del Ejecutivo, el presidente creyó importante convocarlos a discutir y analizar la estrategia contra el crimen organizado. Cuatro años han pasado desde el inicio de su gobierno y los niveles de violencia se han incrementado. Lejos de que los cárteles hayan sido fracturados, su presencia ahora es más visible y la impunidad con la que se manejan es evidente.

Si el presidente quería ubicar a la delincuencia organizada como el enemigo por el cual las fuerzas políticas dejarán de lado las diferencias ideológicas y se sumarán a su convocatoria, está arando en un terreno estéril. No es la actual clase política la capacitada y dispuesta a dejar de lado las riñas y San Benitos, a dejar sus intereses y ocupaciones, para responder a una demanda ciudadana.

La dirigente del PRI responde bien al oportunismo de un Ejecutivo que navega en las aguas de la incertidumbre y sinsentido, sino es que se encuentra perdido, pero lo hace colocada en la posición que el PRI no ha dejado atrás: la de un viejo régimen que se resiste a morir y que hoy, más que hace unos cinco años, ha retomado su viejo papel clientelar y caciquil en los Estados de la República para fortalecerse rumbo al 2012. No tiene un discurso renovador, sus viejos trucos siguen dándole resultado porque del otro lado no han sido capaces de construir nuevas formas y estilos. En suma, ofrecen un retroceso.

El PRI de Beatriz Paredes cree asegurada la contienda electoral del 2012 y por eso se da el lujo de calificar el oportunismo del presidente de la República, pero lo hace desde el más alto y digno oportunismo y chantaje mediático. Lo hace escabullendo el bulto de responsabilidad que tiene el gobernador de Tamaulipas, que, curiosamente, es digno representante del PRI. ¿A quién debe responderle el gobernadora sobre su obligación para cuidar de su Estado y a sus ciudadanos?

En estos asuntos de la seguridad pública de los ciudadanos, todas las fuerzas políticas tiran piedras a la desafortunada estrategia de Felipe Calderón, pero nada dicen del control que ellos tienen en sus Estados, de las omisiones que tienen en el Congreso de la Unión y de la forma en que algunos integrantes de los partidos políticos financian y deciden las campañas políticas gracias a los recursos de la delincuencia organizada. Greg Sánchez tiene en su haber una lista completa de presuntos ilícitos, pero fue designado por la cúpula del PRD para disputar la contienda por la gubernatura. El silencio del PRD ahora es evidente porque parece que ya olvidamos ese tema y hay que buscar en los tropiezos del Ejecutivo Federal mejores caminos.

Malos tiempos para la República cuando su clase política sigue preocupada por los avatares de sus personajes y no por el sentir del ciudadano que anda en la calle. En todo esto, la comedia política mexicana es un mal remedo para celebrar los aniversarios independentistas y revolucionarios. Quizá lo que quieren es que un grupo despistado y exento de la básica idea política busque en la revolución y la violencia un cambio y con eso inaugure una nueva celebración nacional para cien años adelante.