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lunes, 18 de abril de 2011

La multiplicación de los Arnes y los Maquíos


El lunes 11 de abril, mi amigo Arne aus den Ruthen renunció primeramente a la posibilidad de contender por la candidatura a Jefe de Gobierno del Distrito Federal y como consecuencia -dado el razonamiento lógico que asumió- al Partido Acción Nacional. Según él, no existe posibilidad alguna de democratizar al PAN.

Detrás de la posible candidatura de Arne hubo dos años de trabajo y discusiones en algo que llamamos Movimiento Tú. Confieso que el nombre jamás me gustó pero adquirió mayor significado al abreviarse como Motú. No logramos construir la pirámide de participación que nos fijamos pero sí nos sirvió a cada uno en lo individual para afirmar convicciones y pensar en el futuro. Sabemos que el movimiento sigue.

Yo renuncié (con el hígado en la mano) al PAN hace 10 meses. Escribí mis razones en mi blog, y si bien pensaba entregar una renuncia más escueta al comité delegacional, nunca lo hice, aunque ya quiero quedar fuera del padrón de Acción Nacional. Cada día me siento más lejano no por el partido mismo, sino porque es evidente que se está esforzando en ser una mala copia de las peores prácticas del PRD y el PRI, sin que haya una posibilidad de que las acciones se traduzcan en una mejor sociedad o un mejor gobierno. Arne vio exactamente lo mismo.

La precandidatura de Arne a la Jefatura de Gobierno se veía atractiva desde muchas ópticas. El PAN está ávido de una renovación y 2012 será una gran derrota, a no ser que surjan líderes honestos y con capacidad, como Arne y como en su momento los ha tenido en distintas partes del país el PAN. El problema es que en una sociedad como la nuestra lo más apreciado no es la honestidad, el compromiso o el saber, sino el poder con todos sus símbolos.

La Asamblea del PAN en Benito Juárez está impugnada. No es el único caso de corrupción política, pero en este coincide con la renuncia de Arne al PAN y por ello ejemplifico: afiliaciones masivas y acarreo de votantes respaldan el control del comité directivo de partido, y posteriormente de las candidaturas. Los que participan en estas prácticas antidemocráticas creen que saben jugar a la política, la realidad es que sólo cooperan a que la sociedad esté más asqueada de la política y de los políticos.

La salida de Arne tiene dos posibles aristas en los que hemos estado participando en el Motú. O se convierte en espejo de aquella decisión errónea de Miguel Hidalgo en el Monte de las Cruces tras haber ganado la batalla (en este caso un debate contra Carlos Orvañanos quien demostró su ignorancia en temas de transporte), decide retirarse y la lucha independentista se prolonga 11 años más. La otra arista es la que más nos entusiasma a los que pese a esta extraña decisión seguimos admirando a Arne: esto a penas comienza y el Motú será el semillero de líderes de su estatura o la de Maquío, otra figura que también nos entusiasma.

El 12 de abril varios amigos y yo platicamos con Arne. Fue una reunión muy emotiva, pero sobre todo de reafirmar convicciones. El 13 de abril estuve en una conferencia con Sergio Fajardo, ex alcalde de Medellín, Colombia, quien protagonizó varias transformaciones en su ciudad y llegó sin el lastre de los partidos, sin compromisos y mediante una candidatura independiente.

Me inspira la idea de una llegada "barata". El gran fracaso del gobierno de Felipe Calderón es que llegó debiendo su alma al diablo. Uno de los temas claves, la educación, tiene como actor a la persona más influyente -y nefasta- en el tema. Los candidatos de partido aspiran al apoyo de Elba Gordillo pese a que su apoyo es la garantía de que nada cambiará.

Las candidaturas independientes se ofrecen en este momento como alternativa para una llegada "barata" que esquive a las nomenclaturas corruptas de los partidos políticos. Sin embargo, hay una clara resistencia y seguro que tardaremos en contar con ellas.

Tampoco creo que las candidaturas independientes sean una panacea, pero en este momento pueden ayudar a construir ciudadanía, y las veo como una parte clave en la encrucijada. Para mí, lo fundamental de las candidaturas ciudadanas es que se debiliten los partidos cuando no tienen nada que ofrecer a la sociedad, por un lado, y por otro, que potenciemos el surgimiento de individuos participativos, con convicciones, con liderazgo, que ayuden a tener una mejor sociedad. En otras palabras, veo en esta forma de candidatura la posibilidad de lograr el milagro de la multiplicación de los liderazgos que nos han entusiasmado.

1 comentario:

Rocio Juárez dijo...

Muy bien Roberto! Cuándo todos los partidos fallan la única opción es crear una opción!